Jorge Zepeda Patterson - Diario de Yucatán
Están en su derecho todos aquellos que abominan del obradorismo y consideran que Andrés Manuel López Obrador es un presidente que no se merece este país. Desde luego, no es perfecto. Pero si quieren ser honestos, habría que criticarlo por las razones correctas, no por aquellas que son producto del prejuicio y la propaganda. Me refiero, concretamente al estado de la economía.
Desde la campaña presidencial se afirmaba que, si AMLO ganaba, la economía se desplomaría, la salida de capitales sería imparable, y el peso entraría en una espiral de caída libre. Los columnistas que hoy lo acribillan pronosticaban un dólar a 30 pesos en cuestión de semanas. Con la certeza que da la carga ideológica, se decía sin asomo de duda que la misma noche de su triunfo el aeropuerto se llenaría de millonarios urgidos de expatriar familia y fortuna. Cuando eso no sucedió, se trasladó la fecha a la toma de posesión el 1 de diciembre. Casi cuatro años después, tampoco ha sucedido.
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