- La jefa de Gobierno presumió el haber contratado a una empresa ejemplar y que actuaría con transparencia; pero después cambió, desacreditando a la firma noruega y ocultando resultados.
Omar Cepeda - El Financiero
Claudia Sheinbaum se arrojó a las vías del Metro. Quien le haya convencido de negar publicar y de desacreditar los resultados del último estudio de la empresa noruega DNV, debería ser despedido de inmediato por las consecuencias tan negativas que le están trayendo rumbo a sus aspiraciones presidenciales. Se notó inexperiencia y falta de capacidad para prever el tsunami de críticas por actuar como se actuó.
La jugada era a la inversa para salir del embrollo. Primero debió publicar lo que ella misma promovió, y después defenderse con el cúmulo de evidencias que jura tiene en mano, más una estrategia de comunicación bien definida.
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