Carlos Ramírez - Indicador Político
El affaire Loret-López Obrador debe situarse en la verdadera dimensión del conflicto: el periodismo como ejercicio de la responsabilidad social o el periodismo como producto de una militancia política y empresarial opositora. Si algún caso debiera servir como catalizador del ejercicio de la información, no existe ningún otro en México que el del columnista Manuel Buendía, asesinado el 30 de mayo de 1984 cuando se disponía a publicar informaciones sobre funcionarios y empresarios articulados al naciente modelo de los cárteles del narco.
La línea entre ambos tipos de periodismo es muy tenue y no siempre será comprendida por la sociedad como destinataria de la difusión de informaciones sobre el ejercicio del poder público. Una cosa es que los medios necesiten de financiamiento empresarial ante la pasividad y mezquindad de la sociedad para financiar medios a su favor y otra cosa que se ejerza un periodismo opositor y al servicio de los intereses de políticos y empresarios contrarios a los denunciados.
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