Rolando Cordera Campos - Periódico La Jornada
¿Es imposible el diálogo? ¿Es que la globalización y sus polarizaciones nos han dejado sordos y mudos? ¿Puede mantenerse como forma de gobierno la apuesta a la resistencia y resignación de los mexicanos? Estas preguntas deberían incitarnos a reafirmar que la única opción válida que tenemos, de cara a tanta adversidad, es la palabra, el diálogo entre iguales en derechos y obligaciones.
Luego de que la globalización encandilara a más de uno, ha empezado a ser vista por no pocos como una construcción política y social que puede gobernarse y hasta convertirse en factor de cambio y de mejoramiento colectivo.
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