Enrique Campos Suárez - El Economista
La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, no viene a México sólo a que le repitan aquella letanía del presidente Andrés Manuel López Obrador de que su contrarreforma eléctrica es para frenar el robo al pueblo por parte de las empresas privadas extranjeras.
Si esta alta funcionaria del gobierno de Joe Biden viene a Palacio Nacional, y no sólo coordina alguna videollamada con su contraparte mexicana, es porque le da seguimiento a aquella advertencia de principios de noviembre del año pasado cuando el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, posteó en twitter que se había reunido con autoridades mexicanas y les había expresado serias preocupaciones del gobierno de su país sobre los cambios pretendidos en el sector energético.
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