- Aunque no emita dioxido de carbono mientras funcionan las centrales, sí lo hace a lo largo de su prolongadísimo ciclo de vida. Y tiene altos costes de producción y peligros como la catástrofe de Fukushima
Central nuclear de Electricite de France (EDF) en Civaux, Francia. REUTERS
Cristina Narbona - El País
La Comisión Europea presenta una propuesta sobre la calificación de la energía nuclear y del gas como “energías verdes”, imprescindibles para descarbonizar la economía. El Gobierno español ha manifestado su disconformidad, en coherencia con nuestro Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Coincido plenamente con este rechazo.
Evidentemente, cada país parte de situaciones muy diferentes; pero la UE no puede retroceder en su liderazgo mundial en energías renovables —las únicas verdes—, a causa de una decisión provocada por la especificidad de Francia (muy condicionada por un 70% de electricidad nuclear), o de Alemania (defendiendo un mayor uso del gas, debido al despliegue insuficiente de las renovables, mientras culmina el cese de todas sus centrales nucleares).
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