Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Si bien nunca llegó a ser totalmente un “fiscal carnal”, Alejandro Gertz Manero sí transitó sus primeros tres años como titular de la Fiscalía General de la República con una imagen y una actuación de cercanía política y afectiva al gobierno del presidente López Obrador. La mayoría de sus acciones y decisiones en ese tiempo estuvieron siempre tamizadas y avaladas por el visto bueno presidencial y no había investigación o carpeta judicial que sorprendiera en Palacio Nacional, donde conocían de antemano los movimientos y actuaciones que emprendería la Fiscalía.
Pero de unos meses para acá eso cambió. El fiscal Gertz Manero, que siempre quiso reivindicar su autonomía constitucional, comenzó a tomar una serie de decisiones que no necesariamente iban en sintonía con la agenda del gobierno y empezó a sorprender a la 4T y al mismo presidente con negociaciones, investigaciones y carpetas abiertas incluso contra personajes de la clase gobernante con los que el fiscal había entrado en conflicto ya sea personal o político.
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