Leo Zuckerman - El Diario de Coahuila
Ni Alejandro Gertz Manero ni Santiago Nieto Castillo son miembros del gabinete presidencial. El primero es fiscal general de la República, un puesto que en teoría es autónomo del Ejecutivo federal. El segundo fue el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF); hace poco lo orillaron a renunciar a su cargo. Así que, en estricto sentido, el presidente López Obrador no tiene vela en el entierro de la pelea entre estos dos personajes.
No es así. En la práctica sabemos que Gertz no tiene nada de autónomo. Su cercanía con Palacio Nacional es pública y notoria. Nieto, por su parte, era una de las fichas fundamentales de López Obrador para combatir la corrupción y presionar a sus adversarios políticos, aunque tuvo que irse de este puesto clave porque al presidente le disgustó su boda. Así que, quiérase o no, lo que está sucediendo con estos dos personajes sí afecta la imagen presidencial.
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