Arturo Sarukhán - El Siglo de Torreón
Como suele suceder en Washington con los ciclos electorales tan cortos de la política estadounidense, ya estamos en plena especulación sobre la fortuna de ambos partidos -y del presidente- en las elecciones legislativas de 2022. Y pocas variables hay tan relevantes con respecto a la interrogante de si el Presidente Biden continuará controlando el Congreso después de esos comicios como los patrones de participación y apoyo de votantes negros e hispanos en las urnas.
De por sí todo presidente en EUA históricamente ha perdido escaños de su partido en elecciones intermedias. Combinen este patrón con mayorías estrechas en el Senado y la Cámara y el escenario es poco halagüeño para Biden y la posibilidad de retenerlas en ambos recintos. Ahora a esto agréguenle el peso de los votantes negros e hispanos. No solo son una porción enorme, relevante y creciente de la base Demócrata, sino que su participación en elecciones intermedias tiende a ser menor que en las presidenciales y mucho menor que los patrones de participación de votantes blancos. Los votantes negros fueron determinantes en resucitar las aspiraciones de Biden en la primaria el año pasado y junto con nuevos votantes hispanos, jugaron un papel decisivo para su victoria en la elección presidencial en estados bisagra del Colegio Electoral.
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