Sergio Aguayo - El Siglo de Torreón
La demanda contra seis fabricantes de armas y un distribuidor mayorista es una buena decisión del gobierno de la 4T. Reconoce que las amenazas a nuestra seguridad también pueden venir del norte e inicia una ofensiva jurídica en Estados Unidos.
La ecuación es simple: 1) empresas estadounidenses se aprovechan de la tolerancia de Washington para vender material bélico a los carteles; 2) los presidentes mexicanos se han quejado en el discurso, pero nunca han tomado medidas enérgicas. Dolia Estévez me dio copia de los contratos firmados en 2010 por el gobierno de Felipe Calderón con dos bufetes estadounidenses para demandar a fabricantes de armas. Por razones nunca aclaradas Calderón reculó.
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