- El discurso de la descalificación y la práctica de la imposición se convirtió –como dice el poema– en una red de agujeros, por la cual escapa la posibilidad del gobierno.
René Delgado - El Financiero
Si la administración, la coordinación parlamentaria y la dirección del partido en el poder no advierten el derrotero que está tomando su actuación y reformulan el discurso y la práctica política adoptados, la pretendida transformación del Estado puede derivar en su fracaso o deformación. Y, esta vez, no a causa de las zancadillas sino de los tropiezos.
Estos últimos días el trípode donde se apoya el liderazgo y se finca la intención de sacudir y replantear el rol del Estado tuvo varios reveses. El discurso de la descalificación y la práctica de la imposición se convirtió –como dice el poema náhuatl– en una red de agujeros, a través de la cual escapa la posibilidad del gobierno. A casi dos años y medio, la administración no consigue erigirse en tal.
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