- La experiencia demuestra que un gasto público inteligente puede mejorar mucho la vida de los estadounidenses
Dos enfermeros atienden a una persona de 92 años, víctima del coronavirus, en Nueva York, en abril de 2020.JOHN MOORE/GETTY IMAGES / GETTY IMAGES
Otra vez lo mismo. Por segunda vez en 12 años, un presidente demócrata recién elegido hereda una economía en graves apuros. Y si bien es difícil centrarse en cosas así después del intento de golpe de Estado trumpista de la semana pasada, mucho depende de que el plan de Joe Biden para afrontar nuestras calamidades económicas sea eficaz.
El estrecho margen demócrata en el Congreso supone que los objetivos progresistas más ambiciosos deberán quedar en suspenso. Pero el paquete de rescate que Biden hizo público el jueves ya es una señal de que el nuevo presidente no hará gala de la excesiva cautela que inhibió la respuesta del presidente Barack Obama a la crisis económica.

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