Enrique Quintana - El Financiero
En los nombramientos dados a conocer el día de ayer por el presidente López Obrador hay luces y una que otra sombra.
Permítame referirles en primera instancia el de Galia Borja, quien seguramente no tendrá problema para que el Senado la ratifique y se convierta en integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México.
A mi juicio se trata de una designación afortunada. No sólo por el hecho de que poco a poco la equidad de género va llegando al banco central sino por la preocupación que existía de que el presidente López Obrador pusiera en ese cargo a alguien con quien se identificara ideológicamente. No fue el caso.
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