Luis Rubio - El Siglo de Torreón
El señor de la casa amenazó a su esposa de una manera tajante, quizá
insoportable: me traes a una niña
como “regalo” o violo a nuestras hijas.
La mamá respondió trayéndole a una
niña. El dilema tal vez fue existencial,
pero la mujer cumplió, condenando con
ello a una niña inocente. Lo que sigue
todos lo sabemos: la niña se llamaba Fátima.
La verdadera pandemia que sobrecoge a México no es el coronavirus, sino la impunidad y en ningún asunto es
ésta mayor que la que aqueja a las niñas, a los niños y a las mujeres. La rampante impunidad ha hecho posible no
sólo que la violencia se apropie de la vida de la sociedad mexicana sino, todavía peor, que ya a nadie le parezca algo
extraño.
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