Sergio Sarmiento - el Siglo de Torreón
“Una victoria más como
ésta y estaremos perdidos”.
PIRRO
Las encuestas previas pronosticaron
con precisión el resultado de las
elecciones británicas del pasado 12
de diciembre. Aun así, los medios presentaron como una gran sorpresa el amplio
triunfo de Boris Johnson y su Partido
Conservador.
El sistema electoral británico, de votación directa por distritos, sin representación proporcional, ayudó a ampliar la
victoria. El Partido Conservador obtuvo
43.6 por ciento de los votos, pero 365 escaños, 56.1 por ciento de los 650 del Parlamento. Esto dio a los conservadores una
mayoría absoluta que los electores no
concedieron. Se trata, sin embargo, de
una de las características de los sistemas
de votación directa (first past-the-post),
que generan mayorías claras, y estabilidad política, pero reducen la representación de ciertos partidos. Los Liberales Demócratas, por ejemplo, obtuvieron 11.6
por ciento de los votos, pero solo 11 escaños, 1.7 por ciento del total. El Partido Nacionalista Escocés alcanzó 3.9 por ciento
de la votación, pero 48 escaños, 7.4 por
ciento, debido a que sus votos se concentraron en Escocia.
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