Raymundo Riva Palacio - El Financiero
Rosario Robles mostraba enjundia al iniciar la semana. “Estoy aquí para demostrar mi inocencia y confío plenamente en la autonomía del Poder Judicial”, dijo el martes por la tarde, minutos antes de comparecer por segunda ocasión ante el juez. “Como siempre se los he dicho, con las faldas bien puestas, tomando al toro por los cuernos y dando la cara”. Sus abogados le habían dicho que con seguridad la iban a vincular a proceso, pero que no se preocupara porque estaba todo arreglado para que no fuera a la cárcel y se defendiera en libertad. Robles se los creyó, le entregó a una persona que estaba vinculada con la defensa dos millones de pesos y tomó un avión a Europa para irse de vacaciones con su hija. A su regreso descubriría cuántos la traicionaron.
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