- Marcelo Ebrard arranca las conversaciones en Washington sobre inmigración con el fin de evitar una guerra arancelaria. El canciller advierte de que no aceptará la categoría de "tercer país seguro"
El Gobierno mexicano trazó este lunes dos líneas rojas frente a su difícil negociación con Washington sobre inmigración, a punto de desembocar en una guerra comercial. Una de esas fronteras, muy difusa, es la “dignidad” del país; en la otra se encuentra el nudo nervioso de las conversaciones: México no aceptará convertirse en un llamado “tercer país seguro”, categoría según la cual los refugiados que soliciten refugio o asilo en Estados Unidos pueden recibir la misma protección en el país vecino y, al haber pasado por él antes, se les canaliza de nuevo al sur de la frontera.
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