- Nuevas medidas tuvo que adoptar el gobierno mexicano en política migratoria para frenar las caravanas centroamericanas
Mathieu Tourliere
TAPACHULA, CHIS. (Apro).- En la carretera Metapa de Domínguez-Tapachula sólo quedan algunas carriolas vacías, chanclas tiradas y bolsas de plástico con ropa.
Metros más adelante, unos 300 agentes de la Policía Federal (PF), del Instituto Nacional de Migración (INM), de la Secretaría de Marina (Semar) y de la Policía Militar (PM) terminan de subir en autobuses a los migrantes centroamericanos que venían en caravana desde que entraron a México por Ciudad Hidalgo, la madrugada del miércoles 5.
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