- Una investigación de la consultora XP asegura que los brasileños que piensan que el futuro será mejor pasaron de ser el 63% al 47%, y los pesimistas aumentaron del 15% al 31%
La luna de miel entre Jair Bolsonaro y la sociedad brasileña terminó. Si bien el deterioro del presidente no está, ni por asomo, en los niveles insostenibles de sus predecesores Dilma Rousseff o Michel Temer, en las últimas dos semanas los sondeos de opinión detectaron una mutación peligrosa: según una investigación de la consultora XP, los que consideran que el Gobierno era malo o pésimo llegaron a 36%; y los que le califican como óptimo descendieron a 34%. Es la primera vez, desde que asumió Bolsonaro, que los primeros son más que los segundos.
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