León Bendesky - Periódico La Jornada
El rasgo más decisivo de la globalización económica es la libertad prácticamente absoluta del movimiento de los capitales. De ahí se prenden las modalidades del libre comercio, que en realidad está ampliamente regulado y sometido a convenios y tratados de diversa naturaleza. Y lo mismo ocurre con los flujos de mano de obra legales e ilegales y, cada vez más, de migrantes.
El dinero se convierte de una divisa a otra con el mero toque de una tecla de computadora, así se pueden comprar también las acciones de las empresas que cotizan en las bolsas del mundo.
De tal manera se alteran las tasas de interés, los tipos de cambio, el nivel de los precios, igualmente se mueve el valor de las empresas y su propiedad literalmente; todo en tiempo real.
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