- La austeridad no fue adecuada para Grecia sino una forma de escarmiento
Grecia ha recibido formalmente el alta médica tras ocho años de ingreso en una unidad de vigilancia intensiva y 350.000 millones de euros comprometidos para atender sus deudas con los acreedores oficiales, pero el país sigue convaleciente. Y cuestionados los responsables de ese rescate excepcional. Que el país pueda acceder a los mercados financieros para satisfacer sus necesidades de financiación no significa que vaya a hacerlo en condiciones normales, ni que pueda descartarse una recaída en sus problemas de solvencia. La deuda pública que motivó su intervención y el rescate financiero más amplio de la historia económica ha pasado a ser del 180% del PIB, desde aquel 120% de 2010. Atender su servicio va a seguir exigiendo la asignación de una magnitud considerable de recursos públicos que no podrán cubrir necesidades esenciales de la población. Por eso el propio FMI ha reclamado quitas adicionales por parte de los acreedores.
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