Federico Reyes Heroles - El Siglo de Torreón
Eso quiere ser. Tomémosle la palabra. Pero un buen presidente deja de inmediato de ser candidato y debe enterrar sus ambiciones de popularidad. Porque un buen presidente debe mirar lejos y tomar medidas que son dolorosas en el corto plazo, pero correctas en el horizonte. ¿Para qué las consultas y
revocaciones?
Un buen presidente gobierna con las instituciones, busca su fortaleza, no mina su credibilidad, las respeta. Las Fuerzas Armadas -con todos los problemas son ejemplares a nivel mundial por la lealtad institucional que han mostrado durante un siglo. Tendrá que gobernar con ellas y quizá desde la responsabilidad se dará cuenta que son cimiento de la República. Lo mismo ocurre con la Suprema Corte cuya actuación se acredita de manera cada vez vez más sólida en la sociedad
mexicana.
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