- El negociador británico acusa a los Veintisiete de retrasar la negociación para elevar la factura del Brexit
Mesa y mantel para tratar de lograr frente al plato lo que no han conseguido decenas de técnicos y equipos de trabajo durante cinco rondas de negociaciones. La cena de este lunes entre el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, contribuyó a relajar momentáneamente la atmósfera y continuar la desescalada de tensiones en un Brexit que amenazaba con devenir bronco, brusco y brutal. Pero tras los abrazos de cartón piedra, el vacío que separa a ambas partes sigue siendo abismal. La paz duró poco. Unas horas después de compartir menú, las diferencias volvieron a salir a relucir. "Juegan con la presión del tiempo para ver si pueden lograr más dinero, eso es evidente para todo el mundo", ha acusado este martes el negociador británico David Davis. "La UE no está retrasando nada ni a nadie. Estamos listos y dispuestos a acelerar las negociaciones", ha replicado su homólogo europeo, Michel Barnier.
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