miércoles, 20 de septiembre de 2017

EL SISMO DE 2017 Y EL FIN DE LOS TIEMPOS

Bernardo Barranco V. - Periódico La Jornada
El sismo de magnitud 7.1 irrumpió con brutal intensidad en el centro del país. Mis libros, objetos y anaqueles cayeron con brusquedad. Todo se movía con violencia inaudita y los segundos parecían eternos. Por momentos pensé que todo se abatiría, la ciudad quedaría en escombros y yo entre ellos. Vuelven las imágenes de desconcierto, dolor, incredulidad y rostros de pánico de 1985. Pero también la solidaridad, miles de personas buscando sobrevivientes, cooperando para remover piedra por piedra entre los escombros la esperanza de vida. Escenas conmovedoras de triunfo colectivo cuando se rescataba a una víctima que nos confirma que la generosidad ciudadana no fue un accidente en 1985. Pese a que México se ha envilecido, desde entonces, y muchas de sus aristas se han descompuesto, prevalece la magnanimidad del voluntario por apoyar de manera desprendida al desamparado, al que necesita de ayuda de manera urgente y determinante. Ciudad de México, la casa de todos, nuestro albergue, sufre de nuevo un severo trauma causado por la naturaleza. De manera inaudita el sismo de ayer que tuvo un impacto furioso coincide justo el mismo día 19 de septiembre, a 32 años del sismo de 1985. ¿Casualidad?, se preguntan muchos en redes.

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