martes, 15 de agosto de 2017

MONSEÑOR ROMERO, EL ARZOBISPO QUE DESAFIÓ AL IMPERIO

  • Urge recuperar su figura profética y liberadora, su teología de la liberación y su dimensión política subversiva
Juan José Tamayo - El País
Hoy, 15 de agosto de 2017, se celebra el centenario del nacimiento de Óscar A. Romero, arzobispo de San Salvador (El Salvador), asesinado por un francotirador a la órdenes del Mayor Roberto D’ Abuisson el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, en la colonia Miramonte.
Durante las tres décadas que siguieron a su asesinato en los sectores eclesiásticos y políticos salvadoreños se tendió un velo de silencio sobre su figura y se olvidó el legado profético de su cristianismo liberador y de su compromiso con las mayorías populares. Durante ese tiempo Romero vivió en una especie de clandestinidad eclesiástica, un arrinconamiento por parte de la mayoría de los obispos y buena parte del clero del país y un olvido en las altas instancias vaticanas. El propio arzobispo de San Salvador de 1995 a 2008, el español Fernando Sáenz Lacalle, miembro del Opus Dei y general de brigada de la Fuerza Armada de El Salvador, puso todos los obstáculos posibles para que no fuera elevado a los altares.

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