- Mantener a Londres en el proceso formal de toma de decisiones conjuntas no es una opción; pero perder el voto no significa perder la voz
Desde el inicio formal de las negociaciones del Brexit del mes pasado, tres controversias han centrado la atención: la deuda del Reino Unido (RU) con la Unión Europea, la sumisión de aquél a la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y los derechos que conservarán los ciudadanos de la Unión residentes en el RU y viceversa. Ante este panorama, al que se suma una historia de desencuentros y discrepancias, no puede sorprender que los líderes de la UE vean en este país una contraparte hostil, sin voluntad real de compromiso.
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