- El tiroteo ocurrido cerca del palacio de Bellas Artes acerca la violencia al núcleo de la capital mexicana
Suena fuerte la banda, la tuba, el bombo, los platillos. Los asistentes marcan el compás con la rodilla y el quiebre de cadera. Se encuentran en uno de los pocos lugares de la Ciudad de México donde se escucha en vivo este tipo de música norteña, tocada rápido como la metralla unas veces y otras, alargando los tiempos, acercándose más a la balada. La madrugada de este domingo la banda se había puesto romántica y la ausencia de la tuba dejó espacio para el sonido más aterrador, el del plomo. El local, ubicado frente al palacio de Bellas Artes, destino turístico y enclave cultural por excelencia del país, fue irrumpido la madrugada del domingo por un hombre que decidió no quitarse el casco de la moto. En un vídeo se escuchan 10 balazos que acabaron con la vida de dos camareros, uno de 21 años y otro de 38, y dejaron a otros tres heridos. Esa noche se esfumó de nuevo la sensación compartida de que en la Ciudad de México "no pasan esas cosas". Ni su centro histórico es ajeno al terror de la violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario