José Gil Olmos
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Carlos Castillo Peraza lo describió de una manera descarnada: Felipe Calderón es “inescrupuloso, mezquino, desleal a principios y a personas”. Su mentor político lo conocía muy bien y supo de su naturaleza cuando resistió sus desdenes y maltratos que al final llevaron a una ruptura que Julio Scherer García escribió en su libro “Secuestrados”.
Esta descripción que el propio Calderón rechazó en su momento hoy podría cobrar vigencia si tomamos en cuenta lo que ocurrió la noche del pasado 29 de abril en la sede nacional del PAN en la cual se enfrentaron Juan José Rodríguez Prats con el expresidente de la República y su esposa Margarita Zavala.
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