- La industria automotriz fue rescatada en 2009 con casi 80.000 millones de dólares de dinero público. Hoy, Michigan, su cuna, es uno de los Estados que más crece
Los "hechos alternativos" que defiende la nueva Casa Blanca parecen aplicarse también al sector automotriz. El panorama de aguda crisis industrial que Donald Trump insiste en describir y su cruzada por salvar a un sector amenazado por la fuga de empleos al extranjero, concretamente a México, contrasta con la realidad. Casi ocho años después de que dos de los buques insignia de la industria automotriz de Detroit —General Motors y Chrysler— fueran objeto de multimillonarios rescates con dinero público decretados por la anterior Administración (casi 80.000 millones de dólares en total), sus beneficios hacen olvidar el periodo de crisis, batiendo trimestre a trimestre las previsiones del mercado, y Michigan, centro neurálgico del sector, ha dejado de ser un Estado en imparable declive para convertirse en uno de los que más crece de toda la Unión Americana. Pese a ello, el plan del magnate republicano pasa por ofrecerle más incentivos a cambio de que trasladen su producción a EE UU.
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