- Tres economistas de distinta adscripción ideológica, Emilio Ontiveros, Daniel Lacalle y Juan Torres, se preguntan si seremos capaces de no tropezar con la misma piedra
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CRISTINA GALINDO - El País
Hace siete años, el sistema financiero mundial parecía al borde del abismo. Durante 16 trimestres consecutivos, salvo por un leve respiro en 2010, la economía española estuvo en retroceso, el paro alcanzó niveles dramáticos (aún sigue ahí) y el agujero abierto por una gigantesca deuda privada —acumulada tras años de excesos— abrió otra brecha en las arcas públicas, que acabaron desangrándose. Se aprecian ahora signos de recuperación que, sin embargo, indican que podemos estar acercándonos al patrón tradicional de crecimiento previo a la Gran Recesión: el consumo privado tira de la economía, que crece cerca del 3% (casi el doble que la zona euro), y el aumento de las exportaciones no logra ya compensar el efecto que tiene el mayor gasto de los hogares en las importaciones. Además, el turismo sigue siendo clave y la construcción, motor tradicional de una economía que sigue necesitando más innovación, parece haberse estabilizado.
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