En 1985 nos dimos cita en Tijuana Pablo Pascual, José Woldenberg, Carlos Tuti Pereyra y Arturo Balderas para dirigirnos a San Quintín y asistir a un congreso de jornaleros organizado por un notable organizador conocido como Benito, arropado y apoyado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), que encabezaban Ramón Danzós y su siempre recordado y querido lugarteniente José Dolores López, Lolo. Para él y para mí, éste era el final de nuestro papel como diputados federales por el Partido Socialista Unificado de México, y para mi querido Pablo Pascual, el inicio de su gestión como diputado federal por el mismo instituto político.
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