No es suficientemente claro el planteamiento oficial de la situación fiscal del país. En el más reciente informe de la Secretaría de Hacienda sobre el tema (del 30 de abril pasado) se señala que en el primer trimestre los ingresos públicos crecieron 9.3 por ciento, luego de descontar el efecto de la inflación, con respecto al mismo periodo de 2014. Esto se debió a que los ingresos no petroleros compensaron casi tres cuartas partes de la caída del ingreso petrolero. La recaudación de impuestos aumentó 33 por ciento y los ingresos no tributarios 121 por ciento. Tan sólo en el caso del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), que se paga por la producción y venta o importación de gasolinas, alcoholes, cervezas y tabaco principalmente, el ingreso se elevó 315 por ciento y pasó de representar 2.3 a 8.9 por ciento del total de los ingresos presupuestarios. Este impuesto es indirecto y se traslada al consumidor final. Hay que considerar pues el efecto de las cargas de la política fiscal así como su impacto en la actividad productiva.
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