Enrique Quintana / El Financiero
Vivimos hoy una realidad en la que es muy fácil perder la objetividad,
ya que en ocasiones, sostenerla es ir contra las creencias más
extendidas.
Sin embargo, es precisamente en esas circunstancias,
cuando es más útil preservar la objetividad, con independencia de lo que
piensen otros.
Le explico algunas de esas percepciones que hoy identifico.
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