La Redaccion
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Confrontado con partes esenciales de sí mismo, Julio Scherer García abrió fragmentos de su piel y de su alma, en abril de 2002, al ser objeto de un homenaje entrañable, extendido en un tiempo que parecía interminable, durante la ceremonia en la que recibió el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano, en Monterrey.
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