El estancamiento de los salarios es la razón por la que la pobreza resulta tan difícil de erradicar
Paul Krugman / El País
Han transcurrido 50 años desde
que Lyndon Johnson declaró la guerra a la pobreza. Y ha sucedido algo curioso
mientras se acercaba este aniversario. De repente, o eso parece, los
progresistas han dejado de pedir disculpas por sus esfuerzos en defensa de los
pobres y, en vez de eso, han empezado a proclamarlos a los cuatro vientos. Y
los conservadores se han puesto a la defensiva.
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