Dimitir es sano para el cuerpo, acaso también para el alma incluso de los cuerpos pegados al Opus Dei
Parece que el todavía ministro Cristóbal Montoro está dispuesto a
desmontar la Agencia Tributaria con el pretexto de que la cúpula del
organismo está infestada de horribles directivos socialistas, un
problema (para él y para los que le mandan) que está dispuesto a
resolver a escobazo sucio. Y eso que solo es ministro con fecha de
caducidad. Imagínense lo que haría este hombre tan imaginativo de ser el
Rey o por lo menos presidente del Gobierno. A grandes enfados, grandes
remedios. Con la sanidad pública está ocurriendo algo parecido. En esta
comunidad han desaparecido del mapa unos cuantos miles de facultativos
de la pública en cosa de un par de años, mientras el número de enfermos
crece sin cesar y las listas de espera están pero casi nadie ya las
espera en el fondo de su corazón, o de su artrosis, o de su columna
vertebral, o de su silla de ruedas.
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