Rolando Cordera Campos / La Jornada
Las reformas van y vienen,
pero en vez de abrir cauces ciertos para remover el desaliento ciudadano
imperante, llenan de nubes e incertidumbre el futuro inmediato de los
mexicanos. Sin que, por otra parte, pueda decirse que tales reformas
sean portadoras de visiones creíbles de un porvenir mejor en el mediano y
el largo plazos.
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