Leonardo Kourchenko / El Financiero
De forma especialmente cruda y sobrada de realismo, hemos visto en los últimos días y horas el confrontado debate legislativo en torno a la reforma energética, la óptica contraria de dos versiones de un mismo país.
Ninguno de los dos está carente de demagogia y exageraciones,
cuando el PRI y el gobierno afirman que esta reforma se convertirá en
el brazo transformador de la economía nacional, como si la sola entrada
de capital extranjero nos pudiera convertir al primer mundo económico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario