Enrique Quintana / El Financiero
La fuerte caída de la confianza del consumidor en octubre, de 4 por ciento a tasa anual, es un signo de que debe replantearse la estrategia de comunicación asociada a la reforma fiscal.
Me explico.
En la medida que la percepción dominante es que los cambios fiscales incidirán negativamente en la actividad económica, el ánimo de los consumidores y las decisiones de compra están siendo condicionadas por esa visión pesimista.
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