La aprobación de la parte de ingresos de 2014 mostró las históricas deficiencias recaudatorias del país y la precariedad de la deliberación pública en materia económica. Los privilegios se embozan de derechos, la visión de corto plazo y la búsqueda de rentabilidad -pecuniaria o electoral- empeña la defensa del interés público y quien se atreve a proponer más impuestos -ese invento impopular del que al final depende la viabilidad de la cohesión social en la sociedades contemporáneas- es exhibido como enemigo público por la derecha y la izquierda más recalcitrantes
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