lunes, 4 de noviembre de 2013

GLORIA A LOS BALONCESTISTAS HAMBRIENTOS


Pablo de Llano- México-El País

En julio, Kevin Rufino Martínez Crescencio fue a Estados Unidos con su equipo a jugar un torneo de baloncesto. Era la primera vez que él y sus compañeros, todos ellos indígenas triquis de las montañas mexicanas de Oaxaca, iban en avión. Martínez Crescencio tiene nueve años y mide poco más de un metro treinta. Su mejor cualidad es el lanzamiento a canasta. También bota el balón con destreza, lo mueve de una mano a otra como un péndulo. Sentado en el asiento de atrás de la furgoneta de su padre, de camino de la capital de Oaxaca hacia la Sierra Mixteca, el último viernes de octubre Kevin Rufino Martínez Crescencio contaba cómo fue aquel viaje a Orlando. Apenas sabe español. Le da vergüenza hablarlo. La voz le sale bajita y escondida.
Leer más

No hay comentarios:

Publicar un comentario