Raymundo Riva Palacio / Eje Central
La Reforma Hacendaria tiene una secuencia lógica: el débil crecimiento tiene que revertirse y estimular la economía, pues de otra forma México va a entrar en recesión -la caída en la actividad económica durante dos trimestres consecutivos-, que producirá un mayor desempleo y bajas pronunciadas en la productividad. Dicho de manera más coloquial, la situación económica del país está de la patada y se tiene que transformar el círculo vicioso en
el que se encuentra, por uno virtuoso. Eso es lo que busca la Reforma
del presidente Enrique Peña Nieto y explica el secretario de Hacienda,
Luis Videgaray, aunque mediante un gambito audaz que oculta en la confusión técnica
y su brillante retórica –mezclar para el graderío el presupuesto para
2014 y un cambio en la Ley de Ingresos de 2013-, errores en la
conducción económica, a decir de sus viejos compañeros de aula y libros del ITAM, hoy legisladores del PAN y del PRD.
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