Raymundo Riva Palacio / Diario Libertad
PRIMER TIEMPO: El fantasma tendrá que salir del clóset.
Desde finales de 2011 la carrera por la candidatura del PRI al gobierno
de Tabasco estaba abierta. Muchas fuerzas e intereses chocaban y desde
la Quinta Grijalva había una inclinación por el entonces secretario de
Salud, Luis Felipe Graham, un hombre moreno, robusto y bastante alto. Frente a él tenía a Jesús Alí de la Torre, quien era alcalde de Villahermosa. El entonces gobernador Andrés Granier respaldaba a Graham, pero Benito Neme, hijo de un ex gobernador, que pertenecía al círculo interno del candidato presidencial Enrique Peña Nieto,
convencía en México a todos de que el bueno era De la Torre. Las
discusiones en el PRI eran largas, tensas y casi a la medianoche, con el
entonces responsable de los procesos electorales, Miguel Ángel Osorio Chong, quien se inclinaba al principio por Graham. María de las Heras,
la gran encuestadora que murió por enfermedad en agosto pasado, había
sido contratada por el PRI para que les presentara cómo medían los
tabasqueños a De la Torre y a Graham, que sus números veían mejor
posicionado al alcalde. La presión por Graham era muy fuerte, hasta que
un factor exógeno cambió la correlación de fuerzas. El problema de
Graham era que traía un problema de desvío de dinero en medicinas —en
ese entonces no público— que había provocado que se rompiera el consenso
en el sector empresarial y que enviaran mensajes claros que si él era
el candidato volcarían sus recursos para apoyar al candidato del PRD,
Arturo Núñez. Más grave aún, alertaron a Osorio Chong, si Graham era
designado candidato, los dos sindicatos que tiene la Secretaría de Salud
de Tabasco, harían público el voluminoso expediente sobre el desvío de
recursos para medicinas y hospitales del que lo acusaban. La suma de
factores frustró la candidatura de Graham y el descrédito del gobierno
de Granier no pudo evitar la derrota de De la Torre, que finalmente fue
el abanderado del PRI. En pago, el nuevo gobierno le dio un cargo,
coordinador de Políticas Públicas de la Secretaría de Desarrollo Social,
pero a Graham le tocó el ostracismo. Todavía el año pasado caminaba
solo, como fantasma, en los pasillos del hotel Four Seasons en busca de
caras conocidas con quienes platicar. No sabía que en diciembre, al
arrancar la nueva administración, la secretaria de Salud del presidente
Peña Nieto, Mercedes Juan, iniciaría lo que hoy empieza
a vivir al denunciar que había un desfalco de más de mil millones de
dólares en el Seguro Popular de Tabasco. Graham es uno de los 14
funcionarios que a partir de esta semana tendrán que defenderse en
Tabasco de acusaciones de peculado.
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