Diego Petersen Fharah / El Siglo de Torreón
Dicen los cínicos del futbol que para qué comprar un árbitro si puedes comprar, por la mitad del precio, a un abanderado.
En la política las cosas funcionan más o menos igual. Los cínicos, que
abundan en este campo, siempre están buscando la mejor oferta o, como
dicen ellos, el mejor costo-beneficio. En el caso del gobernador de
Tabasco todo parece indicar que la lógica que imperará será la de
entregar al extesorero, José Sáiz Pineda, a los leones (vulgo medios) y
salvar el pellejo del borracho confeso, Andrés Granier.
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