Jesús Alberto Cano / Excélsior
Iniciamos el año 2013 con amenazas de grave contagio económico
proveniente de dos fuentes del exterior. Por una parte, la recesión
europea —ya declarada— y, por la otra, la amenaza latente de una muy
grave crisis en Estados Unidos por su falta de concretar acuerdos
políticos en sus finanzas públicas.
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