miércoles, 19 de diciembre de 2012

LLEGÓ CON TRES HERIDAS



El primer paso para combatir la crisis global ha de ser la reducción de la deuda. Pero dado su tamaño y siendo fundamentalmente privada, su solución debería exigir un coste inevitable a los acreedores
Tres heridas profundas, emulando el verso de Miguel Hernández, de la economía española caminan juntas en esta crisis y no son solo ellas las que nos impiden andar; hay una cuarta. A esas tres heridas, el endeudamiento, las desigualdades crecientes y las políticas erróneas, de austeridad, tratan de dar respuesta las mejores cabezas de nuestra profesión. ¿Son suficientes las recetas de Stiglitz, Krugman y Rogoff? Posiblemente, estos tres autores constituyen las caras más visibles de políticas alternativas a las doctrinas y políticas oficiales de la austeridad ante esta gran depresión, desde el otro lado del Atlántico pero con influencia clara en Europa. Los tres muestran raíces keynesianas e insisten en las políticas expansivas y de crecimiento. Su perspectiva de la crisis es mundial y hablan para ese ámbito. Sin embargo, a la luz de las particularidades españolas, de nuestra realidad específica que los tres la conocen bien, se podrían hacer algunos comentarios o matizaciones a sus propuestas.

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