Francisco Suárez Davila / El Universal
Coincido plenamente con Carlos Fuentes en que la elección de 2012 tiene un carácter definitorio para el futuro de México en un momento crítico, tanto en su dimensión nacional como mundial.
Nos enfrentamos a una crisis sistémica del capitalismo —reconocida en estos días por uno de sus periódicos emblemáticos, el Financial Times— de la funcionalidad de la democracia; de la efectividad de la política económica, de los liderazgos. Todo evidenciado por la Gran Recesión, la debacle europea, los movimientos de indignación social.
México requiere transformaciones de fondo, acordes con estos nuevos tiempos y grandes retos que alienten la esperanza en la gente. Ninguno de los candidatos parece estar, “hoy por hoy” a la altura del desafío. ¿De dónde vendrá el cambio, quiénes lo pueden ejecutar, hacia dónde?
Como ejercicio de año nuevo formulo ilusiones y alerto contra grandes peligros.
Las ilusiones
1. La campaña se centra en un debate de ideas y propuestas sobre el rumbo del país. Sirve para analizar las cualidades y defectos de candidatos: liderazgo, visión, capacidad de toma de decisiones, honestidad, independencia de grandes intereses, aptitud de formar un equipo talentoso, no de cortesanos.
2. El presidente Calderón asume un rol de estadista, se convierte en garante de la civilidad democrática y del juego parejo. Así lo hizo Zedillo para facilitar la alternancia.
3. Se produce una nueva y necesaria alternancia, proveniente de una contienda de altura que da a los electores verdaderas opciones. Peña gana proponiendo reformas de gran visión, se rodea de la mejor gente, desplaza a los impresentables del PRI, ofrece esperanzas de renovación. AMLO encarna una izquierda unificada, moderna, institucional, similar a la de Lula, que contribuye a una agenda nacional progresista.
4. Se configura un consenso nacional para restablecer la seguridad, recuperar el crecimiento, lograr una gobernabilidad eficaz y una renovación del sistema de seguridad social. Hay acuerdos básicos entre las principales fuerzas políticas. El nuevo gobierno es un gobierno de unidad nacional, integrado por los mejores, sin considerar su origen partidista.
5. Se mantiene una razonable recuperación económica para México de 3-4% porque Estados Unidos también la tiene. Hay recesión en Europa, pero no se resquebraja al euro, el crecimiento chino sólo se desacelera. Los candidatos a la presidencia de EU son Obama y el moderado republicano Romney.
Los grandes peligros
1. El Presidente Calderón, obcecado con impedir el triunfo del PRI (o de AMLO), abusa del poder del Estado usando el aparato de inteligencia y seguridad, para una guerra sucia electoral, sin escrúpulos, que desprestigia y hace retroceder el proceso democrático.
2. Los peores escenarios: mediante maniobras turbias, despliegue de recursos financieros y manipulación mediática, triunfa otra reedición del “PAN actual”, más peligroso por su incompetencia y falta de proyecto, que cualquier PRI del pasado. AMLO regresa a viejas ideas y conductas, siembra la desconfianza con una campaña polarizante y contestataria. Peña pierde los debates, no se quita el estigma de los antiguos vicios del PRI, actúa con una camarilla cerrada, no transmite contenidos. Se revalida la política económica del estancamiento estabilizador.
3. Nueva crisis económica internacional. Grecia entra en un default anárquico, se sale del euro. Contamina a toda Europa. Crisis bancaria española. Baja sensiblemente el crecimiento chino. Se caen las materias primas. EU también tiene una severa desaceleración. Estados Unidos ataca a Irán para evitar su arme nuclear. El precio del petróleo excede los 200 dólares. Gana la elección norteamericana un fundamentalista republicano como Ron Paul.
4. Todo ello incide para producir una recesión en México. Políticas compensatorias ineficaces. Severa sequía afecta la agricultura. Finalmente, se agudiza la inconformidad social de los jóvenes indignados y los marginados, ante los problemas de empleo, desigualdad y violencia en México, sumándose a la ola de protestas internacionales.
Está sin embargo en nuestras posibilidades como país acercarnos a las ilusiones y disipar peligros. Los grandes cambios se producen por líderes providenciales como Deng Xiaoping, Roosevelt o Kennedy o, en México, Cárdenas o Calles. Pero a veces los realizan individuos que, reaccionando a las crisis, impulsados por fuerzas sociales, inconformes con el statu quoy, deseosos de cambio, logran “crecerse” y encumbrarse.
Coincido plenamente con Carlos Fuentes en que la elección de 2012 tiene un carácter definitorio para el futuro de México en un momento crítico, tanto en su dimensión nacional como mundial.
Nos enfrentamos a una crisis sistémica del capitalismo —reconocida en estos días por uno de sus periódicos emblemáticos, el Financial Times— de la funcionalidad de la democracia; de la efectividad de la política económica, de los liderazgos. Todo evidenciado por la Gran Recesión, la debacle europea, los movimientos de indignación social.
México requiere transformaciones de fondo, acordes con estos nuevos tiempos y grandes retos que alienten la esperanza en la gente. Ninguno de los candidatos parece estar, “hoy por hoy” a la altura del desafío. ¿De dónde vendrá el cambio, quiénes lo pueden ejecutar, hacia dónde?
Como ejercicio de año nuevo formulo ilusiones y alerto contra grandes peligros.
Las ilusiones
1. La campaña se centra en un debate de ideas y propuestas sobre el rumbo del país. Sirve para analizar las cualidades y defectos de candidatos: liderazgo, visión, capacidad de toma de decisiones, honestidad, independencia de grandes intereses, aptitud de formar un equipo talentoso, no de cortesanos.
2. El presidente Calderón asume un rol de estadista, se convierte en garante de la civilidad democrática y del juego parejo. Así lo hizo Zedillo para facilitar la alternancia.
3. Se produce una nueva y necesaria alternancia, proveniente de una contienda de altura que da a los electores verdaderas opciones. Peña gana proponiendo reformas de gran visión, se rodea de la mejor gente, desplaza a los impresentables del PRI, ofrece esperanzas de renovación. AMLO encarna una izquierda unificada, moderna, institucional, similar a la de Lula, que contribuye a una agenda nacional progresista.
4. Se configura un consenso nacional para restablecer la seguridad, recuperar el crecimiento, lograr una gobernabilidad eficaz y una renovación del sistema de seguridad social. Hay acuerdos básicos entre las principales fuerzas políticas. El nuevo gobierno es un gobierno de unidad nacional, integrado por los mejores, sin considerar su origen partidista.
5. Se mantiene una razonable recuperación económica para México de 3-4% porque Estados Unidos también la tiene. Hay recesión en Europa, pero no se resquebraja al euro, el crecimiento chino sólo se desacelera. Los candidatos a la presidencia de EU son Obama y el moderado republicano Romney.
Los grandes peligros
1. El Presidente Calderón, obcecado con impedir el triunfo del PRI (o de AMLO), abusa del poder del Estado usando el aparato de inteligencia y seguridad, para una guerra sucia electoral, sin escrúpulos, que desprestigia y hace retroceder el proceso democrático.
2. Los peores escenarios: mediante maniobras turbias, despliegue de recursos financieros y manipulación mediática, triunfa otra reedición del “PAN actual”, más peligroso por su incompetencia y falta de proyecto, que cualquier PRI del pasado. AMLO regresa a viejas ideas y conductas, siembra la desconfianza con una campaña polarizante y contestataria. Peña pierde los debates, no se quita el estigma de los antiguos vicios del PRI, actúa con una camarilla cerrada, no transmite contenidos. Se revalida la política económica del estancamiento estabilizador.
3. Nueva crisis económica internacional. Grecia entra en un default anárquico, se sale del euro. Contamina a toda Europa. Crisis bancaria española. Baja sensiblemente el crecimiento chino. Se caen las materias primas. EU también tiene una severa desaceleración. Estados Unidos ataca a Irán para evitar su arme nuclear. El precio del petróleo excede los 200 dólares. Gana la elección norteamericana un fundamentalista republicano como Ron Paul.
4. Todo ello incide para producir una recesión en México. Políticas compensatorias ineficaces. Severa sequía afecta la agricultura. Finalmente, se agudiza la inconformidad social de los jóvenes indignados y los marginados, ante los problemas de empleo, desigualdad y violencia en México, sumándose a la ola de protestas internacionales.
Está sin embargo en nuestras posibilidades como país acercarnos a las ilusiones y disipar peligros. Los grandes cambios se producen por líderes providenciales como Deng Xiaoping, Roosevelt o Kennedy o, en México, Cárdenas o Calles. Pero a veces los realizan individuos que, reaccionando a las crisis, impulsados por fuerzas sociales, inconformes con el statu quoy, deseosos de cambio, logran “crecerse” y encumbrarse.
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