miércoles, 22 de abril de 2009

Liberar el potencial alimentario

Guillermo Knochenhauer
La volatilidad extrema de precios es la nueva característica de los mercados agrícolas mundiales y ello se debe a alteraciones fundamentales en la oferta y demanda de esos alimentos.

El dato clave respecto a la oferta y precios de cereales y oleaginosas en el mundo, es que la demanda por esos productos crece más rápido que las posibilidades técnicas de elevar su oferta.

Eso significa que las variaciones de los precios –que fuero mayores al 100 por ciento entre 2006 y 2008- van a ocurrir muy por encima de los promedios históricos de las últimas décadas. Por ejemplo, hace cinco años la tonelada de maíz se cotizaba en 122 dólares, hace un año en 240 dólares (llegó a 300 dólares en julio de 2008) y la semana pasada estaba por encima de 157 dólares. (Fuente: Grupo Consultor de Mercados Agrícolas).

Quienes ejercen el presupuesto de fomento a las actividades agropecuarias en la SAGARPA no son responsables de los precios, pero sí de crear condiciones para aprovechar su elevación como estímulo a la producción agrícola interna. No hay mejor fertilizante agrícola que los buenos precios.

El censo agropecuario 2007 revela lo mucho que falta por hacer: de los 3.7 millones de productores agrícolas (2.7 millones son de autoconsumo), sólo 16.7 por ciento tienen algún sistema de riego, 26 por ciento usa fertilizantes, 13.9 por ciento semillas mejoradas y 5 por ciento financiamiento bancario.

Elevar esas proporciones, al menos entre las 720 mil pequeñas unidades de producción agropecuaria que participan en el mercado con grandes deficiencias, ayudaría a organizar esas unidades y a convertirlas en el sector que permitiría recuperar la autosuficiencia en granos básicos y tener excedentes exportables a un mundo que los pagará cada día más caros.

Esa posibilidad de precios al alza responde a varios factores que limitan la oferta mundial de cereales y oleaginosas, como la escasez de tierras y las condiciones climáticas, pero destaca en importancia la disminución en el aumento de rendimientos.

La tasa de crecimiento de los rendimientos por hectárea en los cereales y las oleaginosas disminuyó del 2% por año durante el periodo 1970-1990 al 1.1% durante el periodo 1990-2007; las proyecciones del departamento de agricultura de Estados Unidos son de que será de solo el 0,8% en el periodo 2009-2017. La causa principal de eso es que la “revolución verde”, basada en la química, ya dio lo que tenía que darle a la agricultura y la ingeniería genética hace más resistentes a las plantas, pero no necesariamente más rendidoras.

Así las cosas, tiene que cambiar la orientación de la política agropecuaria que en México y otros países ha favorecido durante décadas a los agronegocios estilo estadounidense (de grandes superficies, elevado consumo de energía, agroquímicos y de agua), a costa de marginar de apoyos en tecnología, infraestructura y financiamiento al 95 por ciento de las unidades agropecuarias.

En esa agricultura descapitalizada es en la que organismos como la FAO ponen la esperanza de aumentar la producción mundial de granos y oleaginosas para alcanzar el crecimiento de la demanda. La demanda crece debido a varios factores: aumento de la población y cambio en la dieta de la asiática, pero principalmente por la producción de biocombustibles.

El Banco Mundial atribuye a la conversión de cereales y oleaginosas en biocombustibles el 65 por ciento del alza de los precios agrícolas entre 2007 y julio de 2008, la cual hizo que casi 100 millones de personas se sumaran a las que padecen hambre en el mundo. Producir el doble de galones de etanol que en 2004, le representó a Estados Unidos ocupar el 12 por ciento de la producción mundial de maíz de 2008.

Las limitaciones técnicas para que la oferta de granos crezca al ritmo de la demanda provoca otro fenómeno alcista de los precios, que es la especulación en las bolsas agropecuarias.

Ante factores como estos, ¿será capaz la SAGARPA de apoyar a las pequeñas unidades agrícolas, el único sector que si se organiza y accede a mejores técnicas de producción, de uso del agua y a financiamiento puede responder con mayores rendimientos al reto que representa la crisis alimentaria mundial?

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