Por: Mauricio Flores - La Razón de México
El Gobierno estadounidense de Donald Trump mantiene de manera paralela la política comercial con la de seguridad nacional, incluso para sus socios continentales: Canadá como a México, al primero desde la administración de Justin Trudeau y al segundo en actual gobierno de Claudia Sheinbaum, enfrentan aranceles generales por no “hacer lo suficiente” contra el tráfico de fentanilo y otras drogas. Ahora que se cierra el cerco comercial y militar sobre la dictadura de Nicolás Maduro, gobierno catalogado oficialmente por Estados Unidos como narco-terrorista, es inevitable que el asunto de Venezuela repercuta directamente sobre las negociaciones comerciales de 2026.
El cerco naval ha impedido que arriben a Venezuela buques cargados de combustibles refinados provenientes de Rusia, así como de megatanqueros que sacarían de aquel país crudo que se destinarían a China. Se calcula que son 12 millones de barriles de crudo inmovilizados en puerto y que dotarían divisas que urgentemente reclama la dictadura de Maduro. Sólo los barcos de la estadounidense Chevron, que encabeza Michael K. Wirth, mantienen su tránsito hacia la nación sudamericana, pero con la condición de Trump que los ingresos obtenidos no sean entregados al Gobierno venezolano.
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