Rolando Cordera Campos / I - Periódico La Jornada
Del cambio estructural globalizador al estancamiento económico, el país presenta tasas de crecimiento económico muy bajas, del todo insatisfactorias en términos de empleo y acceso a los mínimos de bienestar considerados en México y el resto del mundo. No hablamos aquí de “coyuntura” ninguna, sino de una constante o una estructura: el no crecimiento de la economía.
De crisis en crisis, a partir de 1982, con una población en transición acelerada hacia la madurez demográfica, ni el país ni su Estado han sido capaces de afinar la mirada y enfocar sus empeños en favor de una economía sustentable y sostenible, en condiciones de apoyar la expansión del mercado laboral e impulsar políticas en favor de los más vulnerables y pobres. Reconocimiento sumario, punto de partida imprescindible para reflexionar sobre el presente y el futuro y debatir sobre la conveniencia y posibilidad de un cambio de rumbo, un renovado curso de nuestro desarrollo que nos permita crecer y redistribuir –ingresos, accesos y capacidades–.

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